sábado, 18 de septiembre de 2010
Los grillos y el aborto. Ojos que no ven...
viernes, 3 de septiembre de 2010
Pieles delicadas
Fijémonos, por ejemplo, como en Cataluña, una región donde se impide el ejercicio de derechos fundamentales tales como el poder expresarte, rotular o estudiar en tu propia lengua materna que es a la vez lengua oficial del Estado; o ultrajes a la bandera nacional; o intentos de impedir el normal desarrollo festivo y cultural con la prohibición de las corridas de toros, etc., etc.; por contra, se sienten ofendidos sin razón por una serie de nimiedades que pasarían desapercibidas en cualquier lugar normal del planeta, pero que parece ser que allí, pueden afectar al nervio óptico de ese grupo de separatistas tan cercanos a los más graves postulados racistas.
Me estoy refiriendo, en este momento, a los “defectillos” que traía consigo el nuevo fichaje estrella del F.C. Barcelona: el asturiano David Villa, y que han conseguido subsanar para no ofender a estos “patriotas catalanes”.
Uno de ellos era que el “guaje” (como así se conoce a este futbolista por su citada ascendencia astur) tenía la “manía” de celebrar los goles con una especie de brindis o pase torero y, claro, en seguida le advirtieron que eso no estaba bien visto en “su Catalunya”; porque ellos son antitaurinos, (léase, para entendernos, anti - todo lo que les suene a español).
Y otro (éste mucho más grave) era que el nuevo delantero del Barça llevaba, nada más y nada menos, que unas mini-banderas de España en sus botas… vamos, algo así como presentarse con un crucifijo de tamaño natural en los aposentos del conde Drácula. ¡Vade retro!
La pena es que ante tan graves afrentas a la “nación catalana”, a Villa no le ha quedado más remedio que pasar por el aro si quiere continuar perteneciendo al mejor equipo actual de fútbol del mundo y cobrar esas cifras astronómicas que imagino que cobra. Lo seguirán amaestrando poco a poco, ya veréis, seguro que en breve dirá sus primeras palabras en catalán:
"V i s c a C a t a l u n y a l l i u r e"
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Sin olvidarme del Barça, paso ahora a comentar también sobre la fina piel que tienen los pueblos islámicos, ésos que exigen su derecho a poder construir una mezquita incluso en la misma zona cero de Nueva York; pero que luego prohíben, no ya la construcción de cualquier lugar de culto, sino cualquier tipo de manifestación religiosa no islámica en sus países bajo penas, “algo más graves” que una simple sanción económica, por así decirlo.
En este sentido, se puede ver cómo ha tenido que modificar su escudo el citado club catalán para poder vender sus productos de marketing.
Y ¿por qué? Pues porque en el original aparece una cruz, la cruz de San Jorge, distintivo de la Ciudad Condal y eso ofende a los delicados ojos de los fieles de Alá.
Y lo último (por hoy)… En el actual campeonato mundial de baloncesto que se está celebrando en Turquía, estos doctores en intransigencia y semilleros de terroristas, han obligado a las famosas “cheerleaders” a cambiar de vestuario porque con esa imagen “ofendían al Islam”, ya que sus faldas y pantalones eran demasiado cortos. Ahora, eso sí, en algunas de sus zonas, la imagen de una mujer lapidada no ofende ni al Islam, ni a Alá, ni a su profeta Mahoma.
“Salam aleikum”.