La broma de la "igualdá" llega muy lejos

Cuando Rodríguez Zapatero decidió inventarse aquello del Ministerio de la Igualdad y colocar allí a una jovenzuela recomendada por Manuel Chaves cuyo currículum profesional pasaba por haber sido becaria en una oficina de una Caja de Ahorros andaluza, pensé que era una broma.

Aquello me recordó al Gran Ministerio de la obra de Huxley que garantizaba la felicidad y, en broma también, decía yo aquello de que pronto ZP inaugurará el Ministerio de la Felicidad o el Ministerio de la Solidaridad.

A pesar del coste que esas estupideces supone a las arcas del Estado y que necesariamente a pesar de los pesares de ZP se ha tenido que cerrar para pasar a ser una Secretaría de Estado, pues me seguía pareciendo una broma, cara, pero broma al fin y al cabo.

Sin embargo las consecuencias de esa broma han llegado muy lejos. Éste es uno de los titulares de los periódicos de hoy:

“El hombre que mató a su exmujer en Málaga eludió la cárcel asistiendo a cursos de igualdad”

Me imagino uno de estos cursos donde un profesor muy "progre" declame con voz engolada: "Mire usted, Sr. Delincuente, hay que decir miembros y miembras, tener paridad entre amigos y amigas, no sólo amigotes de bar y nada de silbar a las chicas en minifalda. Muy bien. Hala, aquí tiene usted el carnet de “igualitario”... ya se puede ir a la calle que en la cárcel hay mucho machista suelto y serían malas compañías".

Y dice Rubalcaba que debe haber fallado algo en este caso...¿algo? Falla todo su falso sistema de ser débil con el fuerte y fuerte con el débil.

A ver si tenemos la suerte de que el próximo acosador con ideas criminales fume dentro de un bar para que lo arresten antes de que mate a su exmujer.

Post scriptum: Y, por favor, dejémonos de hablar de “violencia de género”. El “género” es una categoría gramatical que puede ser masculino, femenino o neutro. Estos casos deberían quedar definidos, en todo caso, como “violencia de sexo”.