Vi una vez una película dirigida por Spielberg titulada Minority Report en la que el protagonista, interpretado por Tom Cruise, pertenecía a una unidad policial denominada “Precrimen”. En esa unidad, por sofisticados medios informáticos, se descubrían los futuros delitos y, de este modo, podían evitarse deteniendo al delincuente antes de que cometiera su fechoría. Era curioso ver detener a una persona acusándola de un hecho que no había cometido ni iba ya a poder cometer.
Aunque mucha gente podría pensar que, si esta situación fuera posible, el mundo sería mejor y se podría convivir más feliz y cómodamente; yo, como defensor a ultranza de la libertad individual, siempre pensé, mientras veía la película, que era una aberración estas actuaciones y que aquí, el fin, por muy loable que fuera, no podía justificar esos medios.
Pues bien, aunque parezcan absolutamente de ficción unas situaciones así, ya el anterior gobierno socialista dirigido por el ínclito y actualmente en un paradero algo más que desconocido Sr. Zapatero, utilizó el método del “precrimen”. Y no porque aquel Ejecutivo tuviera la clarividencia de un adivino o métodos tecnológicos futuristas de control (aunque Rubalcaba lo intentara con el SITEL), sino porque presuponía que los ciudadanos íbamos a delinquir antes de hacerlo. Por todo ello, curándose en salud, inventaron aquello del canon digital (que aún perdura) por el cual había que pagar una multa al adquirir cualquier medio de grabación de archivos de audio o de vídeo, desde un CD hasta un reproductor DVD, por si ibas a ilegalmente grabar sin pagar la correspondiente cuota de los derechos de autor a la SGAE (actualmente conocida como la “cueva de ladrones de Teddy”). Que tú ibas a usar el CD para guardarte las fotos de tu viaje a Laponia…¡da igual, a pagar por si acaso!
Yo llegué a pensar que pronto pondrían un canon al comprarte un automóvil por si te saltabas un semáforo en rojo sin que la policía lo advirtiera o entrabas en el garaje de tu casa sin poner el intermitente. No dije nada entonces para no darles ideas, pero de verdad que lo temí, esto o situaciones parecidas.
Pero como lo malo parece imponerse siempre y propagarse como la pólvora, pues hete aquí que el actual gobierno, dirigido por el gallego de barba cana y eses silvantes Sr. Rajoy, ha decidido utilizar también este método del “precrimen”. En este caso, no se trata de multar por un supuesto delito que aún no has cometido y que puede que nunca cometas, sino prohibirte hacer algo por si acaso delinques. Vamos, como si ZP hubiera prohibido la venta de CD´s vírgenes.
Y es que el Gobierno del PP (más conocido ya como Partido Pusilánime) ha decidido prohibir las operaciones económicas en efectivo de más de 2.500 € en las que intervenga un profesional o empresario, por si se tratara de “dinero negro”. Y es que no quieren investigar y detener a quien de verdad cometa el delito, sino que le es más cómodo prohibir, prohibir y prohibir.
Pero ¿quiénes se han creído que son estos políticos con ramalazos de dictadorzuelos porque les hayamos entregado los ciudadanos el gobierno de la nación? Sólo por el hecho de que una única persona, porque le dé la gana, quiera hacer una transación económica de más de 2.500 € en efectivo, esta prohibición debe ser abolida. Da igual que en el 99% de los casos sea “dinero negro” o que el 95% de las personas utilice el CD para descargarse música de internet ilegalmente; la libertad individual (aunque la acción sólo afectara a un individuo) es el don más preciado a salvaguardar en un estado libre y de derecho.
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