viernes, 20 de mayo de 2011

El actual voto español


Desde 1977 en que los españoles volvimos a insertar un sobre en una urna para elegir a nuestros representantes políticos, hemos evolucionado bastante en nuestras principales motivaciones para tomar la decisión del símbolo y las siglas de la papeleta a insertar.

Aquel lío inicial que supuso la sopa de letras de las decenas de partidos que se presentaban a ser elegidos, hacía que nadie estuviera muy seguro de por quién narices íbamos a optar, qué nos podría motivar más, si un líder guapo o un buen slogan, si un buen discurso final o unas miles de octavillas flotando por el aire de la calle Mayor. Desconcertante, era desconcertante para cualquiera, desde los periodistas analistas políticos hasta los responsables de las campañas de los partidos, pasando por el pueblo llano o el clero o la milicia…

Como decía, todo esto era al principio, en los albores de nuestro actual régimen democrático ya que, elección tras elección, nuestras motivaciones han cambiado bastante (no necesariamente a mejor) hasta llegar a la actualidad donde, tras lo ocurrido en las últimas elecciones, podemos sacar las siguientes conclusiones demostradas sobradamente:

- Que somos muy fácilmente manipulables.

- Que nuestra memoria política es muy frágil y votamos según los últimos recuerdos que no van más allá de un mes.

Está claro que estos dos aspectos fueron los que provocaron que tuviéramos un atentado como el del 11M en 2.004, que ETA asesinara a un socialista un par de días antes de las Generales de 2.008 o que ahora se junten unos cuantos "antisistema" en la Puerta del Sol. Los autores intelectuales del 11M o los etarras o los políticos izquierdistas que manejan a los "antisistema" conocen bien estas dos características del español votante medio y las usan.

Por todo ello, y mientras les siga funcionando (es de suponer que por nuestra inmadurez política) desgraciadamente seguiremos teniendo ante cada elección algo extraordinario para manejar el voto. Ojalá al menos, como parece en este último caso, no sea a cambio de la sangre de ningún español.

Aún así, es una pena, una verdadera pena…

2 comentarios:

  1. Buenas tardes:

    Estamos de acuerdo, sino en todo si en que en muchos casos somos manipulados y manejados, sobre todo por la izquierda que se denomina progresista.

    Un abrazo (es un placer leerte)

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  2. Así lo entiendo yo, querido Nieto. Está claro que sólo es un porcentaje de la población la que más se deja manipular pero, al fin y al cabo, son los que acaban moviendo la balanza a uno u otro lado.

    Otro abrazo (es un honor que te pases por aquí)

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