miércoles, 14 de marzo de 2012

Oh casualidad, casualidad


Que el PSOE tenía un plan acordado con ETA para la excarcelación de etarras a cambio de que éstos dijeran que ya iban a ser buenos... es algo más que conocido, y más que avisado por D. Jaime Mayor Oreja.


Que el PP, ahora en el poder, olvidándose de aquel compromiso de Aznar del "cumplimiento íntegro de las penas" para los terroristas, parece que sigue la hoja de ruta del anterior gobierno socialista...es algo que por ahora da la impresión de que puede cumplirse. Si no, sólo hay que leer esta noticia:




Ahora, que el juez Gómez Bermúdez se plantee pasar por el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria será sólo una pura casualidad... seguro que no es el instrumento propio puesto por el actual gobierno para cumplir esta "hoja de ruta" de "conchabeo" con los etarras tantas veces avisada por Mayor Oreja.



No, seguro que el PP no va a consentir que un juez que el anterior Ministerio del Interior socialista le condecorara con una medalla con distintivo rojo por su juicio-tapadera del 11M sea quien pueda dictaminar sobre la excarcelación (a través de "terceros grados en régimen de casi total libertad") de presos terroristas... ésos que, según su anterior líder, debían cumplir íntegramente las penas... 

¿O acaso es que son ellos los que quieren ahora colocarlo ahí para que les haga el trabajo sucio? ¡No, no puede ser, será pura casualidad! 

¿O sí?

sábado, 10 de marzo de 2012

Una huelga general muy particular y cinco incógnitas




Primera incógnita:

¿Por qué, si siempre actúan en conjunto, existen dos sindicatos como CC.OO. y UGT? ¿No saldría más barato y mejor que funcionaran como uno solo? 

Ah claro, que en ese caso lo mismo habría que dividir el número de cargos a la mitad.

Segunda incógnita:

Si sólo un 15% o menos de los trabajadores españoles está afiliado a un sindicato ¿por qué CC.OO. y UGT se arrogan la representación de todos?

Ah claro, porque el poder político se lo permite y así tiene la excusa de no tener que escuchar al otro 85% de los trabajadores que, entre otras cosas, les pide que retire las subvenciones a los sindicatos, a las organizaciones de empresarios y también, a los partidos políticos.

Tercera incógnita:

Si los sindicatos deben defender los derechos de los trabajadores y el primer derecho de un trabajador es tener trabajo: ¿Por qué estuvieron tan calladamente complacientes durante 8 años con el Gobierno socialista mientras éste con su política destruía millones de puestos de trabajo?

Ah claro, que al mismo tiempo que aumentaban los parados subían proporcionalmente también las subvenciones que el gobierno les otorgaba.


Cuarta incógnita:

¿Por qué mientras el PP en la oposición no apoyó la huelga general de 2010 ahora el PSOE sí parece apoyar la próxima del 29 de marzo?

Ah claro, que aquello fue una huelguita negociada con el gobierno (tú haz como que protestas para que Europa crea que hemos hecho una reforma laboral -que de reforma nada de nada- y yo hago como que me enfado para que vosotros tengáis una mínima excusa por llevar más de 7 años de inacción cómplice) y esto es la típica agitación social que históricamente ha realizado el PSOE cuando pierde las elecciones (desde la quema de Iglesias o el intento de golpe de Estado revolucionario del 34... a las algaradas por el hundimiento del "Prestige" o los terribles atentados del 11M)

Quinta incógnita:

Si los sindicatos reconocen (al menos de puertas afuera, porque de puertas adentro seguro que quieren continuar con este "estatu quo" de mamandurrias y mariscadas) que hay que cambiar esta situación para que no siga aumentando el número de parados y no hay reforma laboral que les valga...¿qué proponen ellos? ¿más derechos para cada vez menos trajadores? ¿más inversión pública como con el Plan "E" para gastar lo que no tenemos en crear unas ilusiones falsas de puestos de trabajo? ¿mayor número de liberados que cobran de la empresa sin trabajar para ella? ¿aumento de los cursos subvencionados para aumentar sus ingresos?

Y es que esta próxima huelga general es muy particular...


jueves, 1 de marzo de 2012

20.000 euros de infamia europea



Código Penal español. Artículo 490

3. El que calumniare o injuriare al Rey o a cualquiera de sus ascendientes o descendientes, a la Reina consorte o al consorte de la Reina, al Regente o a algún miembro de la Regencia, o al Príncipe heredero de la Corona, en el ejercicio de sus funciones o con motivo u ocasión de éstas, será castigado con la pena de prisión de seis meses a dos años si la calumnia o injuria fueran graves, y con la de multa de seis a doce meses si no lo son.

Arnaldo Otegui (26/02/2003):

"El Rey es el jefe supremo del Ejército español, es decir el responsable de los torturadores y quien protege la tortura e impone su régimen monárquico a nuestro pueblo gracias a la tortura y la violencia".


Condena: 1 año.-
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Noticia de hoy:

El Gobierno debe pagar 20.000 euros al proetarra por una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos
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Para redactar esa sentencia, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos o bien debería entender que las declaraciones de Otegui no fueron una injuria grave al Rey (que no es simplemente Juan Carlos de Borbón y Borbón, sino el Jefe del Estado Español y símbolo de nuestra nación) o bien que nuestro Código Penal no es democrático porque la condena es "desproporcionada" acogiéndose a lo que se redacta en él.


Sea como fuere, está claro que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos no puede afirmar ninguna de las dos cosas, ni que eso no fueran injurias graves ni que nuestro Código Penal no sea democrático... Entonces ¿con qué derecho puede dictar tan absurda sentencia? ¿pueden ellos modificar a su antojo nuestro código penal?


Quizás haya que explicarle a este Tribunal que el primer derecho humano es el de la vida, aquélla que han perdido tantos y tantos españoles por culpa del grupo terrorista al que pertenece Otegui según su propia lista de organizaciones terroristas.


Y es que, como diría mi abuela en este caso: Ojalá se tenga que gastar estos 20.000 euros en medicinas... aunque sea en la Lehendakaritza de la mano de Patxi López y con la inacción complaciente del PP vasco.