domingo, 6 de noviembre de 2011

Nadie recuerda a Zapatero


Hubo una vez un gobierno de un país que “consiguió” que el 25% de las personas en edad de trabajar estuvieran en el paro. Un Gobierno en el que su Ministro del Interior y su principal ayudante, el Secretario de Estado para la Seguridad (encargados principales en mantener el cumplimiento de la ley y el orden público) acabaron en la cárcel por secuestro y malversación de caudales públicos. Un Gobierno en el que la persona encargada de cuidar las arcas del Estado, el Gobernador del Banco de España, que era, por su cargo, quien firmaba los billetes de curso legal, terminó también en la cárcel por defraudar a la Hacienda del país. Un Gobierno en el que el Director General de una de las principales Fuerzas de Orden Público, la Guardia Civil, fue a parar también entre barrotes por robar de los fondos de ese Organismo, incluso de los destinados para el cuidado y futuro de los huérfanos de los miembros de este sufrido cuerpo. Un Gobierno en el que el Vicepresidente le tenía puesto un despacho oficial a su hermano para que en él, y con su consentimiento, cometiera los delitos de cohecho, fraude fiscal, tráfico de influencias, prevaricación, malversación de fondos y usurpación de funciones. Y un Gobierno que para conseguir cometer o permitir que se cometieran éstos y muchos otros delitos de toda índole sin pagar escasas o nulas penas de cárcel, modificó leyes, como la que regulaba los nombramientos del Consejo General del Poder Judicial, a fin de controlar este poder. Y un Gobierno que, para cometer o dejar cometer a sus amigos toda esta serie de ilegalidades sin que la opinión pública se enterara o lo hiciera de una forma debidamente edulcorada, sometió bajo su yugo a los Medios de Comunicación realizando solamente pactos de “conchabeo” con el Grupo PRISA a fin de que fueran el altavoz-tapadera de todos sus actos.

Pues la imagen de ese Gobierno, representado en sus dos principales líderes, y que debería quedar como de vergüenza histórica de una nación y mucho más del partido que lo sustentó, fue precisamente la que utilizó el PSOE ayer en Sevilla en su “macro-mitín” para intentar atraerse votos.

O la memoria de los españoles es más pequeña que la de un grillo con amnesia, o los socialistas están haciendo esfuerzos para perder estas elecciones con la mayor diferencia posible, o tienen tanto pánico a que los electores recuerden la imagen de ZP ligada a ellos que la tapan con cualquier cosa aunque sea tan sumamente  negativa y de un hedor insoportable. 

Y es que...¿ZP? ¿Qué candidato socialista se acuerda ahora de ZP enterrado en el más oscuro subsótano de Ferraz mientras dure la campaña?

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