lunes, 23 de agosto de 2010

Cherchez l´argent


Tengo que afirmar que soy incapaz de reconocer muchas veces las motivaciones que hacen actuar de una forma a un individuo, las “motivaciones personales”, que podríamos llamar y que podrían ir desde el puro amor al prójimo, al odio visceral, pasando por la venganza, el orgullo, la amistad, la lealtad o intereses económicos (por citar sólo unas pocas). Ahora bien, si tengo que situar la primera de las que podríamos llamar “motivaciones sociales” no dudaría en citar, antes que ninguna, la económica… el dinero, vamos.

Estoy seguro que cualquier asociación humana que se forme independientemente de su fin, en poco tiempo tendrá un primer asunto importante y necesario de tratar: Los ingresos económicos. Quien no ponga esa necesidad como primera y principal, y no la tenga continuamente presente, por muy altruista que quiera ser, acabará sucumbiendo en poquísimo tiempo. Eso lo sabe cualquier ONG de las múltiples que existen, muchas de ellas desarrollando una magnífica y encomiable labor… y eso lo supo de siempre la Iglesia Católica: por eso se mantiene tan bien de salud después de más de 2.000 años.

Ante esto yo pregunto ¿alguien duda cuál sería el método más eficaz para acabar con la banda terrorista ETA?

Está claro: Cherchez l´argent

Embargo de cuentas corrientes, cierre de herriko-tabernas, persecución de grupos de apoyo que realizan campañas de recaudación (actos de todo tipo, rifas, papeletas…), vigilancia para evitar los chantajes del mal llamado “impuesto revolucionario” pero también persecución y condena a quien lo pague (y no me refiero sólo al pequeño empresario, sino a otras sociedades más importantes y conocidas) y, por supuesto, impedir el acceso de grupos políticos afines a los terroristas a organismos públicos, amén de expulsarlos de donde ahora están implantados; etc. etc.

No voy a ser muy optimista en el cálculo, por lo que sólo diré que en menos de tres años no existía la ETA como grupo terrorista organizado, ¡seguro! O existiría tan lejos de nuestras fronteras (alimentados por países con gobiernos de izquierda o islámicos enemigos de nuestra patria y civilización) que apenas tendrían capacidad de actuación (más bien, nula).

Sí, ya sé que el Gobierno de Aznar inició algo el camino, pero fue escaso y no lo completó por diversos motivos en los que no quiero entrar ahora; para después, con el Gobierno de Zapatero, volver a instalarle la mascarilla de oxígeno a la banda. Una pena, pero es lo que los españoles votamos.

***

Y ahora me centro en el asunto de los “alborotos callejeros”, como lo ocurrido hace un par de días en el barrio barcelonés de Gràcia, donde unos pobrecitos e inmaduros “separatistas” querían organizarle una “fiesta de bienvenida” a una asesina etarra.

Ya he dicho al inicio de este escrito que las “motivaciones personales” son muy dispares, pero os aseguro que una de ellas, y bastante importante siempre, es también el dinero. Si en lugar de exigir (como hicieron diversos medios de comunicación –creo que entre ellos La razón que publicó unas fotos-) que se detuviera a esos alborotadores gracias a una posible identificación por esas imágenes para que se les condene a tres días y medio de reclusión menor, se les pudiera multar de forma considerable y que tuvieran que indemnizar a la comunidad con el importe de los daños ocasionados al mobiliario urbano…¡otro gallo cantaría!

Por ejemplo: contenedor roto, 300 €; señal de tráfico, 200 €; semáforo, 500 €; banco público, 400 €; vehículos dañados, 6.000 €, etc. etc. Si a eso añadiéramos sanciones del tipo de “desorden público”, 1.000 €; “desobediencia a la autoridad”, 1.000 €; “agresión a miembro de las fuerzas de orden público”, 3.000 €… y se exigiera su pago de la forma en que lo hace la Agencia Tributaria; es decir, con retenciones de devoluciones de impuestos, embargos de cuentas corrientes, de nóminas… o de vehículos o inmuebles ¿alguien cree que el próximo año en las Fiestas del Barrio de Gràcia volvería a haber disturbios? ¿Alguien cree que existiría la famosa “kale borroka” en Vascongadas?

Y los menores no son insolventes…tienen padre/madre o tutor.

No seamos tan ingenuos como para creer en la eficacia de las medidas penales de la Srta. Pepis que estamos usando para estos casos; la sociedad debe utilizar todas las armas posibles para la defensa del bien común y, ya nos lo decía Quevedo: “Poderoso caballero…”

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