lunes, 9 de agosto de 2010

El "buenismo iletrado"


Sé que no seré muy original si ahora escribo sobre el consumismo generalizado de ideas necesariamente “buenas” que hoy en día están tan de moda, sobre todo en la “progresía” española. Estas ideas, con una buena dosis de márketing, de inocencia general y de ausencia de opinión crítica, han enraizado entre los jóvenes y menos jóvenes que quieren vivir con sus tiempos y en una modernidad ficticia. .

Esta época en que vivimos y que yo me atrevo a llamar del “Buenismo iletrado” está basada en ideas teóricas generales que, para comentar a niños de guardería estarían bien, pero que en el mundo real se derrumban cual castillo de naipes.

En principio, relacionaré algunas para entrar en materia: El "no a la guerra", la lucha por el medio ambiente, la acogida al inmigrante, la igualdad de sexos, el egoísmo del capitalismo con respecto a los países del tercer mundo, etc.

Ahora bien fijémonos:

Los que, por ejemplo, más gritaban “no a la guerra” son precisamente los más violentos después (¿alguien se acuerda de la jornada de reflexión del 14/03/04 y el asalto a las sedes del PP mientras seguían "engalanados" con ese lema?), los que históricamente más han querido imponer sus criterios usando la fuerza, etc.

Los que más hablan de acoger al inmigrante, menos los quieren cerca de sus casas (salvo como criados), llevan a sus hijos a colegios privados para no “mezclarse” con ellos, e incluso los embarcan en aviones para que no molesten dejándolos a la “buena de Dios” en el centro de una gran urbe…

Los que más hablan del supuesto cambio climático son los que más contaminan (¿alguien conoce la mina de níquel super-contaminante de Al Gore, por ejemplo?) o los que no pueden vivir sin aire acondicionado o calefacción a tope, o los que utilizan su vehículo particular para ir a cenar al restaurante que está una manzana más allá...

Los que más se esfuerzan en explicarnos las injusticias que sufren los países del tercer mundo para que nosotros tengamos más comodidades, son los que más disfrutan de bienes “made in China” elaborados con explotación laboral a mujeres y niños.

Y así podía seguir y seguir…

Y yo me digo: No seamos tan buenos con las cosas etéreas o los que están a miles de kilómetros de nosotros, empecemos por lo que tenemos a mano: buena relación con el vecino, apoyo al inmigrante que tenemos a nuestro lado, cuidado la naturaleza pero partiendo de nuestra propia casa. Ahí os quiero ver… y no en las conferencias de Al Gore a 300.000 euros del ala.

Recuerdo, para finalizar, una pequeña historia que no sé muy bien donde leí. En ella se hablaba de un caminante que, al ver a un indigente en unas condiciones penosas de higiene y salud, elevó su oración al Altísimo diciendo: “Dios mío, haz algo por este buen hombre”. Y el Señor le contestó: “Ya he hecho algo”. A lo que el caminante le preguntó: “¿Y qué has hecho? Respondiéndole: “TE HICE A TI”.

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